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bailan.
Tres de carne
y tres de plata.
Los sueños de ayer las buscan
pero las tiene abrazadas
un Polifemo de oro.
La solución al enigma es "la guitarra". Podemos ver cómo las distintas
partes de la misma se corresponden con los elementos del poema. Una advertencia:
no toda adivinanza es una alegoría. Muchas se basan en procedimientos retóricos
distintos.
En el poema de Miguel Hernandez “El rayo que no cesa” podemos ver
ejemplo de la comparación.
Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de la alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada(7).
Aquí podemos ver que la frase “como un mar meridiano a una bahía” es
una comparación. El poeta lo usa para expresar que se va de más a menos, de algo
grande como el mar a algo más pequeño y quizá menos importante como la bahía.
La bahía es tomada por el poeta como algo negativo, como un ligar triste y
desolado porque es ahí donde el mar, algo tan grande y bello termina. También
porque la bahía solo tiene el mar cuando este la baña, no en su totalidad.
Simboliza, por tanto, la tristeza.
La expresividad del habla refuerza el uso de los sinónimos — las palabras
que designan la misma noción, pero que se diferencian por los matices adicionales
semánticos o la coloración estilística.
Se puede juzgar de la belleza y la expresividad del habla del portador de la
lengua, cómo él usa los sinónimos. Los sinónimos permiten amenizar el habla,
evitar el uso de las mismas palabras. Y asi García Lorca también sabía usar los
sinónimos lo que hacía su poesía más expresiva y rica.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacífica que eres la verdadera,
¡la que amorosa y triste sobre las cosas caes!(8)
www.journal.fledu.uz 47
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Tres de carne
y tres de plata.
Los sueños de ayer las buscan
pero las tiene abrazadas
un Polifemo de oro.
La solución al enigma es "la guitarra". Podemos ver cómo las distintas
partes de la misma se corresponden con los elementos del poema. Una advertencia:
no toda adivinanza es una alegoría. Muchas se basan en procedimientos retóricos
distintos.
En el poema de Miguel Hernandez “El rayo que no cesa” podemos ver
ejemplo de la comparación.
Yo sé que ver y oír a un triste enfada
cuando se viene y va de la alegría
como un mar meridiano a una bahía,
a una región esquiva y desolada(7).
Aquí podemos ver que la frase “como un mar meridiano a una bahía” es
una comparación. El poeta lo usa para expresar que se va de más a menos, de algo
grande como el mar a algo más pequeño y quizá menos importante como la bahía.
La bahía es tomada por el poeta como algo negativo, como un ligar triste y
desolado porque es ahí donde el mar, algo tan grande y bello termina. También
porque la bahía solo tiene el mar cuando este la baña, no en su totalidad.
Simboliza, por tanto, la tristeza.
La expresividad del habla refuerza el uso de los sinónimos — las palabras
que designan la misma noción, pero que se diferencian por los matices adicionales
semánticos o la coloración estilística.
Se puede juzgar de la belleza y la expresividad del habla del portador de la
lengua, cómo él usa los sinónimos. Los sinónimos permiten amenizar el habla,
evitar el uso de las mismas palabras. Y asi García Lorca también sabía usar los
sinónimos lo que hacía su poesía más expresiva y rica.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacífica que eres la verdadera,
¡la que amorosa y triste sobre las cosas caes!(8)
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